sábado, 13 de octubre de 2012

Treballs Adrián Guerrero:

Exercici 1:

Escriure un relat, poesia, assaig o conte amb la frase tens la paraula:



Tu tens la paraula; jo, el silenci. És aquell silenci que desbanca tota resposta ambigua, aquell silenci que contè més rotunditat i claredat com a resposta que qualsevol paraula emprada com a tal.


            La paraula, doncs, s’esforça per tal de disfressar de llisa honestedat el seu cos, un cos que, habitualment, es troba ple de bonys; el silenci, d’altra banda, és compost de la més pura i diàfana sinceritat.

    

Mentre la paraula es disfressa d’honestedat,

És el silenci qui, sens esforç,

S’encaixa el transparent vestit de la Veritat.


Exercici 2:

Escriure un relat, poesia, assaig o conte inspirant-se en aquesta imatge:





Supervivencia como modo de vida

Quizá sea propio de nuestra naturaleza lastimar a nuestros semejantes y no precisamente el ser buenos y clementes con ellos.

No es de extrañar que exista una ley desconocida por nosotros que se rija justamente por ese principio: da una buena vida a quien sigue esa máxima, a quien busca dolor ajeno, venganza y demás; en cambio, a quien ofrezca su ayuda al resto, a quien no le importen los méritos más que la propia acción y la buena intención, a quien se sacrifica desinteresadamente y siente que su propio bienestar se encuentra en el de los demás; a ése será quien le toque cargar con el peso del castigo de quien no cumple la ley natural basada en herir al prójimo; ése será quien sufrirá las injusticias, ése será quien recibirá toda clase de injurias, ése, cuya muerte tampoco será, al igual que su vida, digna y justa, será el apestado, la escoria desde los ojos de la naturaleza y el devenir. Pues, dime, ¿quién nos asegura lo contrario?





Exercici 3:


Escriure dins l'espai limitat d'una postal, una història en
un lloc distant de la nostra residència habitual a un amic, familiar, parella etc.
La història havia d'estar inspirada per la frase escrita a
l'altra cara de la postal.





Querido hijo, querido desconocido:

Antes de nada, es importante que sepas que el término ‘cultura’ posee varios significados, conteniendo todos ellos aspectos por los que el ser humano no debe dejar de interesarse. Existen, así, muchas de esas culturas, así como infinidad de hombres sujetos a ellas. Pero existe, hijo mío, una única cultura que no es comparable a todas las otras, en ningún sentido.

Muchos, demasiados diría yo, son los que comparten las características de esa cultura tan peculiar, sus costumbres y sus gustos; y todos ellos intentan obviar esos mismos impulsos que, al tiempo, despiertan a diario para alimentarlos. Esa cultura, hijo, es diferente al resto de culturas; ésta en concreto, a la que me refiero ahora, es la del depredador, la de la bestia que ignora su monstruosa personalidad y su afán destructivo.

Es, en definitiva, la cultura del hombre sin cultura.

Debes saber que una de las muchas definiciones de ‘cultura’ es un claro sinónimo de ‘humanidad’, pues no es otra cosa que saber estar, saber vivir y convivir, querer conocer tu alrededor y aprender a tratarlo como es debido, abogar por una armonía entre uno mismo y su entorno, creer en la honradez y la justicia como única forma de establecer un equilibrio y así aprender a apreciar tu propia vida al igual que las de los demás; y, por último, no perder nunca la curiosidad ni las ganas de ahondar en ese inmenso y turbulento océano que es el conocimiento, así como tampoco dejar de valorar toda la sabiduría que hayamos podido extraer de la única maestra que ha existido jamás, la experiencia.

Pues bien, aun así existe todavía quien menosprecia e incluso maltrata a la cultura, le falta al respeto y se interpone en su progreso. Esas son, precisamente, las personas cuya cultura se centra en no poseer cultura alguna. Mientras tanto yo sigo preguntándome: ¿cómo puede ser tan fría la sangre que esconden sus venas, cómo puede estar tan ciego para no ver que está lastimando al bien más preciado con que cuenta la humanidad?


Exercici 4:

Del llibre que estàvem llegint utilitzar com a disparador la primera frase o paràgraf de la pàgina 69.


De cuántas embarazosas discusiones le gustaría a uno librarse diciendo:

no quisiera seguir con esto, pues no soy yo quien habla en estos momentos, dado que  las palabras que digo no salen de mí; soy un simple mensajero y mi voz es únicamente el filtro por el que debe pasar el mensaje para ser entendido por el mundo.”

Pero no, eso no sucederá jamás, pues no existe nadie tan consciente como para darse cuenta de que está siendo controlado por algo que trasciende a su existencia y; además, las personas son ingenuas, vanidosas y muy engreídas, sobre todo cuando se trata de algo que tenga que ver con su propio beneficio o el aumento de su reputación, por lo que resulta complicado que reconozcan cuándo la proeza realizada no ha sido resultado de sus capacidades, sino que ha sido un capricho del destino. De esa manera, es comprensible que a mí se me presente como una sencilla tarea el hacerme dueña de sus mentes cuando me place.

Ah, esos humanos… Son seres interesantes al fin y al cabo. Y esas mentes de las que hablo son más que interesantes; en su interior se esconden misterios que ni los propios poseedores de esas mentes conocen. Y precisamente sólo ellos serían capaces de ahondar en ese oscuro e inmenso océano con tal de comprender dichos secretos y, aunque resulte increíble, podrían utilizar esos conocimientos todavía ocultos a modo de respuesta, como solución. Como salvación.

Yo, que me he dado cuenta de que puede resultar distraído adentrarse en los territorios vírgenes que se ocultan entre las tinieblas de esas mentes, me dedico a instalarme en sus inmensos aunque vacíos y oscuros aposentos para así iluminarlos con la luz que la verdad me ha otorgado. Yo soy el fenómeno que los hace retorcerse de placer o de dolor cuando los hago dueños, por momentos, de la lucidez más absoluta. Yo soy la causa de esos cortos instantes delirantes que bastan a esas mentes para percatarse del horrible caos que llevan labrando desde su génesis en los campos de su historia. Yo soy quien posee la llave de las portaladas que esconden las respuestas y yo misma soy quien decide a quién concederla.

Incluso ellos mismos se han dado cuenta de que existo, aunque no me hayan contemplado nunca, aunque no sepan nada sobre mí; me han bautizado; han vuelto a dedicar una palabra concreta a algo inconcreto, casi desconocido para ellos, un ente del que apenas conocen y a quien, al mismo tiempo, aprecian tanto y del que tanto dependen… Está visto que acaban cayendo siempre en los mismos errores. Aunque en este caso al menos yo sí puedo recompensarles con mi existencia; al menos no es en vano cuando me nombran, aunque sus sentidos no sirvan para percibirme, pues soy algo que permanece, que trasciende a sus propias vidas y a cualquier Dios que puedan llegar a crear.

Me divierte jugar con su progreso y con la salud de su civilización. Quién sabe, quizá acaben alcanzando la verdad con mi ayuda. ¡Se quejaban muchos de que ese tal Dios era cruel por ser todopoderoso y no ayudar aun así a sus hijos!; ¡si llegaran a conocerme…!

Si supierais que tengo la llave que abre la caja que contiene todos los misterios que os rodean pero que en realidad sólo os dejo mirar a través de la ranura de la cerradura…

Pues yo no soy otra que la musa incorpórea que rasga las cuerdas de la Historia, ese arpa que cerca se encuentra de quebrar y caer en el silencio eterno tras perder hasta la última de esas doradas cuerdas que mantienen vivo su sonido;; soy quien desde los inicios ha interpretado la antigua melodía del caos; soy quien se inspira en la tragedia para componer la sublime sinfonía del destino. Yo soy la Inspiración, nacida del sufrimiento, de la locura; de la verdad, de lo eterno.




Exercici 5:

Escriure un relat, poesia, conte o assaig en relació a un fet viscut el cap de setmana.

Adrián Guerrero
Destellos de oscuridad

Desde hace tiempo vive con cierto recelo. No puede acabar de estar seguro de algo, pues pasa todo su tiempo sospechando de la realidad en la que está viviendo. Está en continua alerta, intentando encontrar cualquier señal que pueda indicarle que se encuentra dentro de un sueño.

El pasado fin de semana, en la madrugada que unía al sábado con el domingo, sus sentidos volvieron a jugarle una mala pasada, pues él finalmente había conseguido lo que tanto había buscado. Sí, lo había encontrado, y tenía intención de mantenerlo. Pero en un instante fue testigo de cómo aquel bien tan preciado se desvanecía, sintió cómo el pesado telón de la realidad volvía a caer, ocultando una vez más todo lo que el inmenso escenario de su sueño tenía intención de mostrarle.

De esa manera, despertó, volvió en sí. Abrió los ojos pero no distinguió más que oscuridad, por lo que, instintivamente, hizo lo posible por abrir aún más los ojos, pero sólo consiguió que le dolieran. Esas pocas horas de sueño le habían bastado para obtener aquello que tanto había deseado, aquello en lo que tanto había pensado. Pero nada era lo que recordaba, nada era lo que su mente había almacenado.

Lo conoció durante poco tiempo, pero lo sintió de la manera más intensa; sintió que ello llegó a formar parte de su propio ser.
Y aunque aquello con lo que había soñado cayó en las tinieblas del olvido, la sensación que le había invadido trascendió las confusas barreras que se encuentran entre el sueño y la realidad, y quedó impregnada su alma de esa sobrecogedora sensación. Jamás antes había experimentado un contacto tan intenso ni había alcanzado un grado de lucidez y comprensión tal.

Esa revelación le proporcionó todo aquel conocimiento que siempre ha ansiado poseer, la solución que siempre ha querido obtener.

Siempre ha tenido ese tipo de sueños durante la noche, por lo que cada vez le resulta más complicado confiar en que realmente existe aquello que tanto busca o si, por el contrario, se trata, sencillamente, de un simple delirio causado por su escasa capacidad para conseguir establecer una armonía entre su propia existencia y el mundo en el que le ha tocado vivir; nada sino una mera ilusión que se ha creado en lo más profundo de su alma cuya razón de ser se basa en su desesperado deseo por encontrar una respuesta que probablemente no exista más allá de su mente, más allá de sus sueños.


Exercici 6:

Escriure un relat, assaig, poesia o conte en relació aquesta cançó.


Hear your Prayer (Yuki Kajiura)

Ciencia o ficción

Sobre vuestras cabezas se alza

el sagrado cielo que yo piso;

sobre la mía está ese infierno que

tornó en esclavo al santo más sumiso.



No existe versión más fiel del cielo

que la que se nos prohíbe ver;

rechaza la Verdad, universal anhelo,
tan sólo aquél que teme saber.

¿Dios? ¿Qué es, sino la ignorancia
con otra palabra a modo máscara?
¿Qué es, sino la única y cruel verdad;
sino la mentira que se pagó más cara?



Exercici 7: 

Escriure un relat, poesia, conte o assaig utilitzant com a disparador bona nit.


Así como todo fulgor
perece en la oscuridad,
y todo ardor
augura un final triste y fugaz,
con el gris beso del tiempo
Se tornó pálida la faz
de quien el oscuro sufrimiento
cegó de toda paz.


Exercici 8: 

Escriure en relació a la soledat un conte, assaig, relat o poesia.

La compañía de la soledad


No es lo mismo “estar solo” que “no estar con nadie que no sea yo mismo”. En la primera definición se excluye la compañía de cualquier persona, incluso la de uno mismo, mientras que en la segunda estás afirmando que te encuentras con alguien a pesar de no estar con nadie, es decir, que cuentas con la compañía de ti mismo, de tu conciencia, aquella persona que es quien menos te conoce y es a su vez quien más desea hacerlo. A menudo resulta extraño e incluso puede hacer sentir miedo el encontrarse cara a cara con uno mismo, y eso es porque no hay compañía más cercana e intensa que la propia; es comprensible que asuste el darse cuenta de que hay alguien tan cerca de nosotros que nos traspasa con la mirada y que arroja su aliento en nuestra conciencia. Curiosamente, al tiempo que es quien más cerca se encuentra de nosotros, es también a quien menos conocemos. Esto es así porque lo tenemos tan cerca que no existe la distancia suficiente entre nosotros que nos permita contemplarlo en su totalidad.

La experiencia de la soledad junto con la observación son lo único que puede ayudarnos a ensanchar ese diminuto espacio que nos impide distinguirnos a nosotros mismos, pues como ocurre con los demás, pasando tiempo con nosotros es como podemos llegar a conocernos.


Exercici 9:

Exercici lliure.


La humildad de la experiencia
  
¿Escribir quieres palabra alguna
Que en la Historia permanezca
Sin antes bañar tu pluma
En la tinta de la experiencia?

Las extensas llanuras del pensamiento
No conservan por siempre su fertilidad,
mas el hilo de cuanto experimento
Actúa como lazo entre mi ser y la humanidad,
Pues, a través del tiempo, lo que sé y siento
Será cuanto crezca en tierras de eternidad.
  
Así, bañada por la luz de la experiencia
ha de ser la flor de la enseñanza
si exhalar quiere aromas de trascendencia
cuando la brisa de la existencia
la acompañe en tan grácil danza.



Exercici 10:

Escriure en relació aquest quadre (Jove llegint una carta de Vermeer) un conte, relat, assaig o poema.




La escritura
  
Libre, al fin, galopa el caballo de tinta
por unos montes de papel nevados,

mientras, implacable,
el sol de la inspiración
el cielo esclarece
tras haber disipado
las nubes de la cordura,

bañando así de luz
la inmensa montaña,
para mostrar el camino
al tosco corcel que,
desbocado, cae…

…y es tragado por el abismo
que a sus habitantes ilumina
con la negra luz de la locura




Exercici 11:

Escriure un relat, conte, poesia o assaig en relació a una d'aquestes tres paraules:

Arpa, corda i ploma.

No hay bienestar que por mal no venga
  
El suave zarandeo del tren me adormece y, aunque intente mantener recta la cabeza, una y otra vez me incorporo repentinamente en mi asiento. Para espabilarme, me froto los ojos y decido hacer el esfuerzo de fijarme en todo cuanto tengo alrededor.

A lo lejos, puedo distinguir el final del largo pasillo del vagón y, asombrado, lo primero que observo es que, a pesar de ser el tren un cuerpo tan pesado, adopta por momentos una curiosa ligereza de pluma cuando recibe esas repentinas sacudidas.

Me llama la atención especialmente el hecho de que, durante esas bruscas y cortas descargas, todos esos idénticos asientos grises permanecen inmóviles, clavados sobre su base, mientras que sus ocupantes no dejan de oscilar de un lado a otro, todos ellos colgando de la misma cuerda e inclinándose en la misma dirección.

Paso a fijarme en la expresión de sus caras; no sé por qué, pero no puedo evitar pensar en la sumisa mujer que, estirada con la boca semiabierta y los ojos velados, suspira entrecortadamente con los brazos muertos sobre su cabeza mientras se deja hacer, abandonándose a las sacudidas que con demasiada prisa golpean su pelvis.

No obstante puedo distinguir, entre todos esos ojos empañados, la arrugada frente de alguien que se muestra intolerante y se esfuerza por no respirar ese aire soporífero que tan atontados deja a los pasajeros. A diferencia del resto, su mirada, un tanto violenta, sí parece ser consciente de su entorno; no puedo evitar sentir una profunda admiración hacia ese inquieto individuo que no deja de moverse, irritado, en su asiento, y, al contrario que todos sus complacidos compañeros de viaje, da la impresión de no estar conforme con el vaivén que hace sacudir su cuerpo; no sé cuánto tiempo llevará así, pero acabo de percatarme de que está fuertemente aferrado a su asiento con las dos manos. Parece que trata desesperadamente de resistirse al zarandeo que tanta placidez hace sentir a todos; recuerdo que al principio se mostraba visiblemente desconcertado y no hacía más que dirigir nerviosas y asustadas miradas a todos, como si no entendiera el motivo de tal pasividad en la conducta de la gente. Con el tiempo, ha pasado de eso a mirar con profundo asco a su alrededor, ofendido e indignado por la escasa resistencia que ha demostrado oponer la gente a los achaques a los que se ve sometida. Yo contemplo sorprendido la escena, y un extraño malestar me invade cuando me doy cuenta de que nadie hace el menor caso al rebelde comportamiento de aquel inconformista que por todos los medios trata de negarse a dejar conducir sus actos por una inercia que, a juzgar por su actitud, aborrece profundamente.


Exercici 12:

Escriure en relació aquesta imatge un poema, relat, assaig o conte.



Confieso

¿Qué es eso a lo que llaman progreso,
sino el sucio beso de la humanidad
en el seno obeso del exceso?

 ¿Esperamos así alcanzar ilesos
ese ambicioso devenir excelso,
mas sin usar, en el proceso,
siquiera un mínimo de seso?

¿Qué es eso a lo que llaman progreso,
sino ese camuflado retroceso
del que sin saberlo caímos presos?








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